Lo femenino en la humanidad

 

La esencia femenina existe tanto en hombres como en mujeres. Al vivirla y equilibrarla con nuestro lado masculino, nos hacemos seres
más sanos, con relaciones y vidas más satisfactorias. Teresa León. Imagen: Cocoparisienne

«Yin yang es un principio filosófico y religioso que explica la existencia de dos fuerzas opuestas pero complementarias que son esenciales en el universo: el yin, asociado a lo femenino, la oscuridad, la pasividad y la tierra; y el yang, vinculado a lo masculino, la luz, lo activo y el cielo»

Todo ser humano tiene un lado masculino y uno femenino. El masculino está vinculado con el hacer, pensar, razonar, planificar, dirigir, producir, orientado a los resultados, la búsqueda de lo objetivo, de la razón e involucra un mayor uso del hemisferio cerebral izquierdo.

El lado femenino es la intuición, la receptividad, agudeza sensorial y emocional, globalidad, espiritualidad, la suavidad, la valorización de lo subjetivo y del proceso, no sólo del resultado. Este lado activa el hemisferio cerebral derecho.

Gracias a las nuevas tendencias de psicología y desarrollo humano ha quedado comprobada la importancia de las emociones y la intuición, incluso en la gerencia empresarial. El término inteligencia emocional es aceptado por ejecutivos y líderes de todos los ámbitos, y la autoestima es clave en la educación para el éxito.

Connie Zweig, coautora del libro Ser Mujer (editorial Kairós) señala que “lo femenino y masculino no se refieren a los órganos sexuales, sino a la estructura de nuestra conciencia”. Existen dos maneras de ver y de reaccionar a nuestra experiencia. “Por ejemplo, nuestro lado femenino tal vez reaccione ante una enfermedad contemplando su significado simbólico y cuidándolo para
restablecer la salud lentamente; el masculino quizá responda actuando rápidamente con medios invasivos para eliminar los síntomas. Ambos enfoques tienen su propio valor
según las circunstancias. (…) Si una persona es consciente de sus dos polos masculino y femenino, existe dentro de su psique una dinámica armoniosa”.

En el equilibrio está la clave. Se necesita el raciocinio, la mente racional, la  búsqueda de lo objetivo, el cálculo matemático, la cabeza fría para tomar ciertas acciones. Pero igualmente se requiere la valoración de las emociones (el respeto al duelo, la aceptación de la depresión, el entusiasmo, la pasión), de lo subjetivo, la intuición, el contacto íntimo con el cuerpo y sus
necesidades, los detalles.

No se trata de los estereotipos ni de preferencias sexuales. Una mujer puede representar el papel que se le ha asignado tradicionalmente a las féminas en la sociedad sin estar en
contacto con su lado femenino realmente. Una mujer puede usar siempre vestidos y llevar el cabello largo y pasar horas en un culto a su cuerpo, y estar bastante masculinizada.  No nos estamos refiriendo a las preferencias sexuales y a la identidad sexual, sino a lo masculino y femenino que existe dentro de cada ser humano, en la naturaleza, en todo.

¿Cómo se vive el lado femenino?
Un hombre que tiene desarrollado su lado femenino tiene un rico mundo interior, disfruta de la poesía, de las flores, lo sutil; es intuitivo y receptivo a las opiniones de los demás; se deja guiar por su propia voz interior.

En la sociedad actual, no es extraño que la balanza de la mujer se incline hacia su lado masculino cuando es ella la que tiene que asumir sola la responsabilidad de
la crianza de los hijos y el sostén económico de la casa en muchísimos hogares de esta sociedad.

Si las mujeres sofocamos nuestro lado femenino porque estamos en hiperactividad mental o física, dirigiendo, planificando, viviendo como
superpoderosas que atendemos todo muy eficientemente, no nos queda mucho tiempo ni energía para estar con nosotras mismas y “sentirnos”. No hay espacios suficientes para sentir y atender el cuerpo (por lo que se somatizan angustias); no hay tiempo para el silencio y oír nuestra voz interior. Queda relegado ese lado de nosotras que sabe que es parte de la madre naturaleza, parte de algo inmenso, del universo, de la vida. Se opaca ese ser que se siente completa, plena, receptiva, que da nutrición y protección.
Se oculta en la sombra esa esencia femenina que muchas veces no podemos distinguir en nosotras mismas.

¿Cómo es una mujer masculinizada?

Una mujer masculinizada suele ser demasiado competitiva, mandona, rígida, dura en gestos y en el habla,  no llora ni se conmueve con nada, no se permite descansar, recibir ni pedir ayuda, está desconectada del cuerpo al punto de no saber si tiene hambre, tristeza o ansiedad…

Naturalmente, tenemos personalidades que pueden tender a usar más un lado que otro. Una mujer que tienda a ser más mental, racional, hiperactiva y líder, es decir, que se maneja más con su hemisferio cerebral izquierdo, también puede buscar momentos para sentir su intuición y ternura y recibir. Podemos ser excelentes profesionales, llevar el timón de una empresa, una hacienda, una casa, sin descuidar la intuición, la suavidad con nosotras mismas, nuestra feminidad.

El desequilibrio de lo masculino y femenino afecta la salud emocional y física y puede dañar las relaciones de pareja.

En mi experiencia como terapeuta, he visto que en las parejas, a medida en que ella se pone más masculinizada, él entra más en pasividad, y viceversa. La idea no es culpar a ninguno de los dos, sino invitarlos a ver la dinámica y buscar ese equilibrio interno primero, para poder equilibrar en lo externo, mejorar la comunicación, el dar y recibir, la sexualidad y  otros aspectos de la relación.

En la sociedad

La sociedad está enferma por menospreciar lo femenino: la espiritualidad, el respeto a la naturaleza y a la vida; por darle más importancia a la sobreexplotación de la naturaleza y la producción económica que a la ecología.

Como siempre decimos: un cambio interior logra un cambio exterior. Al sanar uno, avanzamos todos.

 femenino  masculino
• Usa más el hemisferio cerebral derecho
• Subjetividad
• Corazón, emoción
• Valoración del proceso
• Valoración de los detalles
• Globalidad
• Receptividad
• Intuición
• Creatividad
• Coopera
Ser, estar, sentir
• Usa más el hemisferio c  izquierdo.
• Objetividad
• Cerebro, razón
• Valoración del resultado
• Valoración de lo macro
• Fragmentación
• Acción
• Pensamiento lógico
• Análisis
• Compite
Hacer, pensar

 

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