Lo merecemos

(Foto: @panasenchicago)

 

Cuando mejoramos el sentimiento del merecimiento a nivel individual, disminuimos las dudas, aumentamos la confianza en nosotros mismos y nuestras fortalezas y avanzamos hacia nuestros objetivos. ¿Y si lo trabajamos a nivel de país?  Hagámoslo con este texto, como oración o como base para visualizarnos en una realidad mejor, y así contribuir a manifestarla.

TRATAMIENTO DE MERECIMIENTO PARA VENEZUELA

Los venezolanos merecemos una buena vida y todo lo necesario para desarrollarnos como individuos y sociedad, en paz y alegría.

Merecemos democracia, libertad y progreso.

Merecemos líderes honestos, respeto a los derechos humanos, seguridad, calles limpias, abundancia de alimentos, medicinas y educación, buenos servicios y todo lo que signifique progreso.

Merecemos la libertad de ser todo lo que podemos ser y contribuir al planeta.

Merecemos sentir amor y dignidad por nosotros mismos. La autoestima del venezolano aumenta y brilla sana y sabiamente.

Merecemos  salud física, psicoemocional y espiritual.

El Universo está más que dispuesto a manifestar la justicia, paz, democracia y progreso en Venezuela.

Aceptamos la ayuda divina, que se presenta de diversas maneras. Solo hacemos alianza con seres de bien. Merecemos estar consagrados a la Virgen María, a Jesús, a la Divinidad.

Somos un país en el que la gran mayoría de su gente son personas de bien, merecemos bienestar.

Ahora, en nombre de Jesucristo, y como hijos de Dios que somos, disolvemos cualquier pensamiento negativo o limitante, temor, lealtad y promesa que hayamos hecho nosotros o nuestros antepasados, que sean contrarios a nuestro progreso como nación hacia nuestro mayor bien.

El arcángel Miguel corta y libera toda atadura y pactos de Venezuela con países no democráticos.

El inconsciente y consciente de Venezuela se depura y renueva. Entramos a un nuevo espacio en la conciencia en el que nos vemos como ciudadanos conscientes, honestos, trabajadores, alegres, respetuosos y prósperos; y actuamos como tal.

Afirmamos que Venezuela está unida al próspero poder del universo. Y vive en abundancia y rectitud.  Bendecimos la abundancia de esta tierra de gracia.

¡Merecemos la alegría de vivir en Venezuela! Y de dejar en alto su nombre donde quiera que vayamos.

Merecemos la alegría de llamarnos venezolanos, de sentirnos orgullos de Venezuela ¡tierra de El Libertador!

Aceptamos de corazón y con gratitud que desde el cielo, desde el empíreo de nuestros ancestros, el Supremo Autor nos dé su sublime aliento y bendición.

Gracias Padre-Madre celestial porque así es y ya vemos la luz en Venezuela.

Teresa León

Lo merecemos

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